domingo, 24 de mayo de 2009

HOY SE CELEBRA SU CANONIZACIÓN




Con la espléndida iluminación de que disponemos hoy gracias a la tecnología del siglo XXII, podemos contemplar el interior y el exterior de los edificios monumentales, por ejemplo la Basílica de San Pedro, mucho mejor que las generaciones que nos precedieron. Las velas, lámparas de aceite y antorchas resinosas eran el medio de que disponían para la iluminación.

Cuando San Juan Bautista de La Salle fue canonizado hace 109 años, 250 "sampietrini" que son los obreros del Vaticano, comenzaron a encender las velas a las 5 de la mañana. Se colocaron 12.000 velas a 50 metros de altura sobre de las cornisas de la Basílica en una distancia total de 700 metros. Los candelabros que contenían las velas, estaban colocados en un nivel más bajo. Las velas estaban encendidas todo el día, siendo sustituidas cuando estaban para consumirse, tanto en la larga ceremonia de la mañana como en las visitas de la tarde de los peregrinos. En total se consumieron 5.529 kilos de cera.

Esta era la costumbre para las celebraciones importantes del Vaticano en esa época. Pero hubo una diferencia en la iluminación en aquel 24 de mayo de 1900: por primera vez se utilizó una parte del invento debido a italianos como Marconi, Galvani y Volta: la iluminación eléctrica.

600 lámparas Edison aparecieron en el coro de la basílica, y la "Gloria" de Bernini estaba decorada con dibujos de estrellas. Puesto que no había todavía una central eléctrica en la ciudad de Roma como tampoco en el resto del mundo, los ingenieros del Vaticano crearon un generador con una potencia de 24 caballos de vapor para la iluminación.

Cuando llegó la noche de aquella bella jornada de primavera, los romanos, los peregrinos y los turistas acudieron en masa para ver el final tradicional de aquella fiesta. Un centenar de sampietrini empezaron a iluminar las lámparas de aceite y las bengalas colocadas en un hermoso tapiz sobre la fachada de San Pedro y en torno a la columnata de Bernini.

El Papa León XIII presidió la ceremonia. El tiempo primaveral de mayo hizo que el viaje fuera aún más atractivo en esta ocasión especial. No había aviones en aquel tiempo. Junto a los muchos peregrinos venidos de Francia para asistir a la canonización de su paisano y los lasalianos de muchas naciones del mundo, había muchos italianos ya que una santa muy popular italiana fue canonizada con S. Juan B. de La Salle, Santa Rita de Cassia.

Junto al habitual coro de la ceremonia había un coro especial de 180 voces infantiles para cantar las alabanzas del nuevo apóstol de los niños y jóvenes.

Cuatro años más tarde la Gran estatua del Santo de La Salle fue colocada en la galería de los fundadores de congregaciones religiosas. Está situada encima a la derecha de la estatua sedente de San Pedro y es con frecuencia reconocida por los lasalianos por tener el brazo extendido. La estatua tiene 4,65 metros de altura y pesa 23 toneladas.

SEXTA PARTE

Arreglando y armando la escuela.
La injusticia colma su vida, el dolor por aquellos que no entienden, por supuesto no tienen a Dios como él lo tenía.
De algo malo sale algo bueno, de todas maneras el cerrar una escuela equivale abrir 10. Los conspiradores que van encontra de estas escuelas hacen todo para evitar algo que de todas maneras va y es la mano de Dios.