viernes, 3 de junio de 2011

La obra escrita de San Juan Bautista de La Salle

1. Proceso de composición
Es imposible fechar con exactitud cada uno de los escritos de San Juan Bautista de La Salle.
Con todo se puede colegir, con cierta exactitud, la fecha en que cada obra fue compuesta. Además La Salle compuso sus obras respondiendo a necesidades concretas de las Escuelas o del Instituto de los Hermanos. Y muchas de ellas no tuvieron una redacción seguida y definitiva, sino un proceso, según el carácter y la finalidad propia de cada una.
Algunos de sus escritos se remontan necesariamente, en su origen, a los primeros años de las Escuelas y de la comunidad de maestros. Al cabo de cierto tiempo las observaciones, notas y sugerencias fueron tomando cuerpo, en un itinerario que para algunas de estas obras fue de años. Tal es el caso de la Guía de las Escuelas, que se ve, por el contenido mismo, que tuvo que gestarse cuando se organizaron las primeras escuelas y se comenzó a enseñar según unos niveles y con cierto estilo de disciplina y de trabajo. Es también el caso de las Reglas comunes, que fueron objeto de discusiones y de práctica comunitaria antes de ponerse por escrito su texto definitivo. Es el caso también de la Colección de varios trataditos, que se fue engrosando con nuevos temas en las diversas ediciones, y que antes de editarse tuvo que circular, muy probablemente, en copias manuscritas.

2. Respuesta a las necesidades de cada momento

Así, cada una de las obras tuvo su proceso propio, diferente del de las otras. Pero hay una característica común: que todas se centran en la Escuela o en el Hermano. Cuando en la vida cotidiana se advertía una necesidad, La Salle y los Hermanos trataban de solucionarla.
Pueden servir de ejemplo los carteles para aprender las letras y las sílabas en francés, antes de pasar a la lectura corrida; como no existían, puesto que hasta entonces se aprendía a leer en latín, ellos mismos los compusieron. Y en los modelos que conocemos, vemos que hay un progreso en el orden de las sílabas, entre los primeros conocidos y los posteriores. Otro ejemplo es la colección de cánticos para la escuela, o el librito de Ejercicios de Piedad para las Escuelas Cristianas.
Algo parecido vemos en el ámbito de la comunidad de Hermanos. Cuando era necesario establecer un Reglamento, y puesto que la comunidad era distinta de las que hasta entonces existían, se consultaban Reglamentos y Reglas de otros, y se elaboraba el propio.
Cuando los Hermanos necesitaban unos textos concisos que les recordaran el valor de su estado y las obligaciones que en él tenían, se espigaba en escritos ya existentes, y a partir de ellos se componían los propios. Es el caso de la Colección; o el de las Meditaciones: cuando los Hermanos necesitan temas de meditación que les faciliten su oración mental, La Salle responde a la necesidad escribiendo las Meditaciones; primero las del Tiempo del Retiro, posteriormente las de los Domingos y las de las Fiestas del año.

Volviendo a la escuela, tenemos otros ejemplos. Cuando se necesitó un texto que permitiera a los alumnos aventajados leer la letra gótica, que correspondía a su nivel en la escuela, y siendo difícil encontrar libros adecuados a los niños, el mismo Juan Bautista, –probablemente con el asesoramiento de algunos Hermanos– elaboró el texto de las Reglas de la Cortesía y Urbanidad Cristianas, y lo hizo imprimir en letra gótica. Así, además de permitir la lectura en la escuela, formaba a los niños según las normas de la buena educación.

Cuando los Hermanos necesitaron para sus lecciones de Catecismo unos textos que les permitieran seguir un orden de exposición, sin olvidar nada importante, surgen los Compendios de los Deberes.
Y cuando se necesitó un libro que permitiera a los Hermanos comprender ellos mismos, para luego poderlo explicarlos, cada uno de estos Deberes, La Salle, doctor en Teología, lo compuso, para que sirviera tanto a los Hermanos como a otras personas que quisieran aprender la doctrina cristiana. Fueron los libros de los Deberes del cristiano para con Dios.
Y así ocurre con cada una de las obras escritas por La Salle.

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